La visita de las cinco del mes de marzo contó con la participación de las sobrevivientes Graciela García Romero, Marta Álvarez, Liliana Pontoriero, Norma Suzal y Ana Testa y la Doctora en Historia e investigadora Ana Laura Martín. La cronista invitada fue la Doctora en Drama y periodista cultural Cecilia Sosa.
Sebastián Schonfeld, Director de Relaciones Institucionales del Museo Sitio de Memoria ESMA, dio la bienvenida y presentó a las invitadas especiales Norma Suzal, Ana Laura Martín, Cecilia Sosa, Graciela García Romero, Marta Álvarez, Liliana Pontoriero y Ana Testa.
Norma Suzal, sobreviviente de la ESMA: «Fui secuestrada en Florida, Vicente López, con compañeros del Colegio Ceferino Namuncurá. Tenía 17 años. Del grupo de 11 personas que fuimos secuestradas, 5 siguen
desaparecidas».
Ana Laura Martín, Doctora en Historia e Investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón : «Los momentos en que las cosas son decibles, podemos ver y escuchar los diálogos de mujeres que antes no pudieron ser visibles y exige repensarnos».
Cecilia Sosa, Doctora en Drama y periodista cultural: «La emoción de las sobrevivientes, que algunas vuelven por primera vez, es algo que se transfiere al resto de quienes estamos acá».
Graciela García Romero, sobreviviente de la ESMA: «El otro día vine a partir de la inauguración de la muestra de género y fue una oportunidad de poder volver a hablar del tema acá, donde empieza todo. La búsqueda de puntos de encuentro con el movimiento de mujeres hoy, me permite hablar.»
Marta Álvarez, sobreviviente de la ESMA: «A mí me pasa por el cuerpo, no existen palabras para nombrar lo siniestro. La dictadura es difícil para contarla a nuestros hijos, el terror. Pero cuanto más contamos, más vamos a estar protegidos».
Ana Testa, sobreviviente de la ESMA: «Vine varias veces y siempre he sentido eso, en los tiempos que cada uno tiene para poder contar su experiencia de lo que ha vivido en este lugar. Estamos empujadas a rever lo que significaron nuestros cuerpos acá. Para ellos nosotras éramos objetos, éramos descartables.»
Liliana Pontoriero, sobreviviente de la ESMA: «Yo vine varias veces y siempre es revivir el espacio del horror. Pero en paralelo siento una sensación reconfortante que este espacio haya sido transformado en un espacio de memoria. Me gratifica que hoy acá, haya mucha juventud.»