El altillo del ex casino de oficiales, fue uno de los lugares adaptados por la Armada como lugar de reclusión. Aquí los detenidos desaparecidos soportaban condiciones de hacinamiento, falta de aire, estricto control y la convivencia con sesiones de tortura. En ocasiones, el Grupo de Tareas cedió el espacio a otras fuerzas represivas. Por esa razón, coincidieron secuestrados de la Fuerza Aérea, el Ejército y del Servicio de Inteligencia Naval, que era la agencia especializada en recolección de información.
En este espacio se amplifican los sonidos exteriores en tiempo real, por lo que se puede escuchar el sonido del tren, los aviones que se dirigen a Aeroparque, los autos que circulan por Avenida del Libertador, los partidos de futbol de la cancha de River y Defensores de Belgrano, el alumnado de la vecina escuela Raggio. Por estos sonidos, los detenidos-desaparecidos que permanecían encapuchados pudieron saber que estaban secuestrados en la ESMA.