En el marco de la muestra temporaria EL MUNDIAL EN LA ESMA. Testimonios, objetos y vivencias. Vivir en el centro clandestino durante el Mundial 78 se realizó un Conversatorio entre los periodistas deportivos Juan José Panno y Ezequiel Fernández Moores: Reflexiones en torno al Mundial 78. La Mesa fue moderada por Alejandra Naftal, directora del Museo Sitio de Memoria ESMA. Acompañó la actividad el sobreviviente y testigo Alfredo “Mantecol” Ayala, quien estuvo secuestrado en el centro clandestino de la ESMA durante el Mundial 78.

“Aquel Mundial yo lo veía raro, pero no sabía por qué. Lo empecé a saber por periodistas de afuera”, describió Ezequiel Fernández Moores, destacando la información y las denuncias que en el exterior circulaban más que en la Argentina. “Al principio también me enojé mucho conmigo, pero el Mundial fue clave para saber por qué yo hago periodismo. Cómo a partir de la pelota se puede contar lo que pasa en el país y a la gente”.
“Uno debe tardar 20 minutos para llegar desde acá hasta la cancha. Me imagino cómo se escucharían en este lugar los gritos del Mundial, pero lo espantoso es saber que los gritos de acá no se escuchaban en ningún lado. Siempre siento culpa de no haber hecho lo suficiente, aunque no haya escrito ni media línea a favor de la dictadura, porque igual yo trabajaba en El Gráfico y vivíamos en un momento muy contradictorio”.Juan José «nene» Panno.

“Escuchándolos me volvió a mi mente el 78. No teníamos nada contra los jugadores. El Mundial me salvó un poco la vida porque en esos meses me bajan de la Capucha y me llevan al Sótano y a partir de ahí empezamos a armar la infraestructura para asistir a la organización del Campeonato. El día que ganó Argentina, nos sacaron a festejar en cuatro coches, por Cabildo, por 9 de Julio. Después nos llevaron a una parrilla, yo estaba engrillado. Todo el tiempo pensábamos que nos iban a matar”. Alfredo «Mantecol» Ayala.