Perfil – El Observador – Una muestra sobre el último día del escritor desaparecido


Por Agustina Grasso

El Casino de Oficiales dentro de la ex ESMA es uno de los edificios más emblemáticos de la última dictadura. Una prueba concreta, a partir de testimonios y rastros en el lugar, de que allí hubo secuestros, torturas, trabajo forzado, robo de bienes y apropiación sistemática de bebés. Se calcula que en este centro clandestino de detención hubo cerca de 5 mil personas detenidas. Entre ellos, Rodolfo Walsh, pero ya sin vida.

“Este lugar es la evidencia de que hubo un plan sistemático de terrorismo de Estado, de uso de recursos del Estado para la represión ilegal en la Argentina. Muy poca gente sabe que Walsh llegó muerto a la ESMA. Por eso la muestra es específicamente Walsh en la ESMA. Sólo narra desde el momento en que se planifica el secuestro, hasta su desaparición. Es un día”, detalló a PERFIL Alejandra Naftal, directora ejecutiva del Museo Sitio de Memoria ESMA. A cuarenta años de su asesinato, la muestra Walsh en la ESMA enmienda el rastro de Walsh, gracias a la voz de los sobrevivientes y de la causa.

La exhibición –que está dentro de la muestra permanente que ofrece la ex ESMA– está dividida en tres momentos: un espacio donde se recrea el cuento Juan se iba por el río –desaparecido igual que su autor–, otro sobre la “caída” de Walsh –el día que su cuerpo baleado llega a la ESMA– y otro sobre sus papeles robados.

“La dictadura militar no sólo mató a Rodolfo Walsh, también secuestró su obra”, destacó Naftal. Juan se iba por el río fue la última obra de ficción escrita por Walsh. Sólo dos personas llegaron a leer aquel cuento. Una de ellas fue Lilia Ferreyra, compañera de Walsh, a quien él le pidió que lo pasara a máquina y ella algo recordaba. Y Martín Gras, ex detenido-desaparecido, que pudo leerlo cuando estuvo secuestrado en la ESMA.

Este cuento Walsh lo escribió entre enero y marzo de 1977. Fue uno de sus desafíos. Terminarlo, al mismo tiempo, que escribía la carta abierta a la Junta Militar, antes del primer aniversario del golpe.

“Es la primera vez que hacemos una muestra sobre un detenido-desaparecido en particular. Esperamos que pueda ser el inicio para poder recuperar la vida de las personas que pasaron por este lugar, narradas por los sobrevivientes de la ESMA”, resaltó Naftal, quien a los 17 años también estuvo detenida en la ESMA.

El ex Casino de Oficiales hoy es un Sitio de Memoria que permanece como prueba material en el proceso de justicia por los crímenes de lesa humanidad. La muestra puede visitarse hasta el 23 de abril, de martes a domingos, de 10 a 17 en el Museo Sitio de Memoria ESMA (Av. Del Libertador 8151/8571, Núñez, Caba).
Voz de un testigo de la caída.

El 25 de marzo de 1977, a Miguel Ángel Lauletta, detenido en el centro clandestino de la ESMA, le dicen: “Hay una cita a la que va a ir Walsh”. El no lo conocía. “La verdad que nunca lo había visto, pero igual me suben en una  ‘Renoleta’ (Renault 4), adelante”, relata en el Juicio ESMA.

“La manejaba el ‘Gordo Juan Carlos’ y atrás iban otros compañeros, del que me acuerdo seguro era Oscar Paz. Me acuerdo que nos llevan y empieza a circular la Renoleta por la avenida San Juan, que era de doble mano en aquella época, y vamos desde Entre Ríos para el lado del Oeste. Retoma San Juan, y cuando pasamos Combate de los Pozos, para la Renoleta y en el medio de la calle estaba parado “Cobra”, el apellido era Yon, y veo que le tira con el arma de puño, como haciendo puntería a un cuerpo que estaba tirado en la vereda de enfrente, y gritaban “Pepa, Pepa”, que es como se le decía a la granada, como le decíamos nosotros a la granada”. (…)

En el veredicto dictado en 2011 en el segundo Juicio ESMA por el Tribunal Oral 5° quedó probado que Walsh fue asesinado por el Grupo de Tareas (GT) 3.3.2. de la ESMA, un hecho por el que fueron condenados, entre otros, Alfredo Astiz y Jorge “el Tigre” Acosta. Lo que hasta entonces figuraba como “desaparición” pasó a llamarse “homicidio».

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