Maquetas de la memoria. La metáfora como posibilidad de resiliencia.

El sábado 26 de junio se realizó una nueva edición virtual de La Visita de las Cinco, el tradicional encuentro que organiza el Museo Sitio de Memoria ESMA, dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, el último sábado de cada mes. En esta oportunidad, y en el marco de Los Trabajos de la Memoria, la temática fue en torno a «Maquetas de la memoria. La metáfora como posibilidad de resiliencia».

Los invitados y las invitadas fueron: Pablo Gershanik: Actor-director, pedagogo teatral; Julián Teubal: Artista visual – músico. Co-creador de «Ochenta Balas sobre el Ala»; Violeta Bronstein: Responsable del Programa Museos. Formación y Redes de la Dirección Nacional de Museos; Sebastián Kohan Esquenazi: Cineasta; Laura Sobredo: Directora del Centro de asistencia a víctimas de violaciones a los DDHH. Dr. Fernando Ulloa. Secretaría de DDHH de la Nación.

Salomé Grunblatt, directora de Relaciones Institucionales del Museo, dio las palabras de bienvenida y presentó a los invitados e invitadas. Luego agradeció a la Secretaría de Derechos Humanos y al Diario Tiempo Argentino, que por tercera vez consecutiva estuvo re transmitiendo la actividad: «La Visita de las Cinco es una visita que llevamos adelante desde hace cinco años, como espacio de reflexión y también de encuentro. Este año el hilo conductor son Los Trabajos de la Memoria, aquellos trabajos culturales y académicos que se piensan en diálogo con nuestro pasado reciente. Hoy tenemos una hermosa visita, que titulamos Maquetas de la Memoria, cómo el uso de la metáfora en una obra nos brinda la posibilidad de resiliencia para trabajar en la construcción de la memoria.»

Después de la bienvenida Salomé presentó a Pablo Gershanik, quien acompañó la exposición sobre su obra, «80 balas sobre el Ala» con imágenes que ilustraron su recorrido en la creación de la maqueta, que se origina con la reconstrucción de la historia del asesinato de su padre, Mario Gershanik, en manos de la triple A.
Luego de agradecer la invitación explicó cómo surgió la obra. «El trabajo gira en torno a la idea de la maqueta, y qué significa maquetizar. Es un trabajo que nos hizo partir del espacio del que forma parte el Museo, el predio del Espacio para la Memoria. Hoy volver aquí es una especie de vuelta a casa porque empezamos hace unos años, en el 2016/2017, en el Centro Cultural Haroldo Conti.

Además, Gershanik se refirió a la idea de la creación artística como reconstrucción del pasado: «Partimos del concepto de que toda historia personal es evidentemente una historia colectiva. No sólo cómo la contamos, cómo la vivimos, cómo construimos un relato de aquello que vivimos, no sólo para ver lo que pasó, sino lo que hacemos con eso. ¿Qué significa entonces reconstruir una tragedia?¿Es volver al origen? Reconstruir tiene que ver con reconstruirse, contar o contarse la historia desde otro lugar, crear una metáfora que nos permita transponer, representar. Construir ficción en torno a un evento».

Después tomó la palabra Julián Teubal, quien habló acerca del proceso de desarrollo de las maquetas, desde el dibujo hasta su construcción. «Así como Pablo se pregunta ¿cómo reconstruir una historia trágica?, mi pregunta es más del orden de lo terrenal, sería ¿cómo construir esas maquetas que servirán como puente para la construcción de esos relatos?». Durante su exposición también acompañó el relato con imágenes que mostraron distintos momentos creativos de las maquetas.

Por su parte, el cineasta Sebastián Kohan Esquenaki, relató parte de su historia familiar, hijo de una pareja argentino-chilena, exiliada en México: «Yo quería despegarme de la narración más tradicional de contar nuestra propia historia», explicó, y agregó: «Lo que estamos haciendo es reconstruir nuestra historia. Al hacer ese ejercicio, lo que hacemos es apropiarnos de esa historia. No importan las narraciones históricas, las políticas, los colores, incluso la coyuntura. Importamos nosotros y la reconstrucción de nuestra historia, sobre todo para poder vivir con ella».

Asimismo Laura Sobredo, retomó la idea de la reconstrucción a partir de una obra, y el sentido que se le imprime a la misma: «Las fotos dejan de ser ese lugar plano sobre el papel, se ponen de pie y aparecen en la maqueta. En esa construcción se suman capas de sentido y se va tomando distancia de la literalidad de lo que sucedió. Eso que se revive, que sigue estando pero que empieza a tener capas de sentido nuevas, que requiere de una construcción y de un hacer, en términos de la posibilidad de lidiar con el sufrimiento.

Para concluir se refirió a la importancia del trabajo del artista: «Para eso es necesario poder hacer cosas. Narrar, transmitir es hacer. Hacer es con otros, requiere un tiempo. Y hacer en manos de los artistas produce algo que invariablemente y de modo irreversible, deja la realidad cambiada».
Finalmente Violeta Bronstein, habló acerca del concepto de museo y lo que signfica: «Para muchas personas los museos se asocian a la idea de un espacio del pasado. Un espacio inerte, contenedores de la historia con mayúscula. Espacios de la verdad».
Luego de citar unas líneas del “Modesto manifiesto por los museos”, Bronstein recordó una definición de Elaine Heumann Gurian: “Ella recomienda mirar a los museos como ‘espacios seguros para conversaciones inseguras’. A esta frase me gustaría agregarle una reflexión que le escuché decir a Alejandra Naftal cuando contaba los primeros pasos del diseño del Museo Sitio de Memoria ESMA. Se propusieron que este fuera un espacio ‘cómodo para lo incómodo e incómodo para lo cómodo’».

Para cerrar su exposición habló acerca de la maqueta y su vinculación con la memoria: «Una maqueta nunca va a ser un sitio de memoria, pero sí es un espacio de memoria. Tiene materialidad, territorio, narración, testimonio. Tiene otras formas de contar. Al igual que en los museos, se construye un mundo dentro de otro mundo. Toma muchas de las mismas operaciones que buscan generar estos museos más porosos. Las maquetas que surgen en los laboratorios son tanto un punto de llegada de un proceso complejo, personal e interno de revisión y creación, como un punto de partida. Cómo poner en escena reflexiones sobre el pasado, pero que se vuelvan actuales y que sean del presente. Y cómo hacerlo a través de una polifonía de voces y de historias», concluyó.

Sobre el cierre invitados e invitadas respondieron preguntas que el público dejó a través de las redes y se leyeron las adhesiones y saludos.